Hoy te quiero compartir mi proceso personal con el tema del dinero y qué es lo que me ha llevado a organizar la Cumbre online gratuita La Mujer y el Dinero.

En realidad yo nunca me he interesado por el dinero ni por las finanzas. Hasta hace solo unos años incluso diría que el dinero era algo más bien que “me molestaba”, no me gustaba gestionarlo ni pensar en el. Siempre había tenido suficiente para vivir y eso era todo lo que me interesaba sobre el tema. Tener suficiente.

Hasta que llegó un día en el que ya no fue así… a raíz de una crisis personal muy fuerte acabé separada, con una hija y un hijo a mi cargo y apenas ningún apoyo financiero de mi ex, sin un trabajo seguro y sin saber cómo iba a poder generar dinero, y con una hipoteca muy alta que pagar, además de muchos otros gastos. Entonces toqué fondo y no me quedó mas remedio que mirar el tema del dinero.

Fueron varios años de angustia profunda, de confrontarme con una vergüenza visceral al tener que pedir varias veces dinero prestado a mis amigos y sentir que me moría por dentro cada vez que lo hacia. También me tuve que enfrentar con la rabia y la impotencia al no recibir ayuda de mi padre y de mi madre, aunque sí tenían los recursos financieros para ayudarme. Y con cada caída, cada puñalada de dolor, cada grito de desesperación, iba poco a poco dándome cuenta de que lo que me causaba todo ese dolor no era el dinero en sí, sino todas las historias que yo me contaba en mi cabeza sobre el valor que yo tenía o no tenía en función del dinero que tuviera en mi cuenta bancaria.

Empecé a buscarme ayuda, esta vez no ayuda financiera, sino emocional. Estuve trabajando con mi coach/terapeuta durante muchísimos meses, no para que ella me ayudara a conseguir más dinero, sino para que me ayudara a sentir que mi valor como ser humano, como madre, amiga, hija, mujer, seguía siendo el mismo, tuviera o no tuviera dinero.

Gracias a esa ayuda pude empezar a sentir de forma más consciente la vergüenza que me generaba el no tener dinero y, desde ese lugar, de amor hacia mí y de compasión conmigo, fui encontrando soluciones prácticas a mi crisis financiera. Poco a poco la situación fue mejorando, conseguí mas claridad sobre lo que yo quería hacer en este mundo y empecé a trabajar ayudando a mujeres a través de mi propio negocio como coach para mujeres.

Ahí se volvieron a abrir las heridas del dinero por no poder generar en seguida todo el dinero que necesitaba. De nuevo llamaron a mi puerta las emociones ya conocidas: la vergüenza profunda por no sentirme suficiente, mi juez interior y despiadado que utilizaba cada “no” de mis clientes para darme duro y recordarme mi fracaso, el miedo a no poder pagar las facturas a final de mes…

Pero esta vez estaba mejor preparada, ya sabía que mi mayor enemigo no era el dinero, sino mi juez interior y todas las historias que yo me contaba a mí misma. Ahora ya podía hablarme a mí misma y decirme con amor “Sonia, tú vales, tú te mereces vivir y ofrecer tus servicios al mundo y tienes valor independientemente del dinero que ganes”.

Pude poco a poco ir desarrollando el músculo interno de la autoestima y con el fueron llegando otras ayudas como la gratitud y el sentirme merecedora. Esa fue otra etapa de mi viaje con el dinero. Cuando empecé a mirarlo de cara, a aceptarlo como un aliado y no como un enemigo. Me puse a mirar mis finanzas, viendo cuál era la verdadera situación de lo que me estaba pasando. A ser mucho más consciente de mis gastos y a reducir los que no me servían. A ser más consciente de mi valor y aumentar mis precios y con ellos mis ingresos. Empecé a dar las gracias cada vez que me llegaba dinero y cada vez que yo pagaba algo. A practicar el sentirme abundante, dar las gracias por todo lo que SI que tengo, elegir de forma consciente salir de la mentalidad de escasez y miedo en la que había vivido casi toda mi vida.

Con el sentimiento interior de abundancia y de agradecimiento puede pasar a la siguiente etapa de mi relación con el dinero. Empecé a amar al dinero. A ver que el pobre no tiene la culpa de nada y a ver todo lo que soy capaz de crear cuando me atrevo a abrazar el dinero a que sea mi aliado.

Esta última etapa me ha dado el placer de ver que el dinero me está ayudando a materializar mis sueños, a crear proyectos que resuenan con mi corazón y que le dan espacio a mi alma para crecer y mostrarse cada vez con más fuerza. He podido darme cuenta de que el dinero, gestionado desde el amor, es vida y me ayuda a cuidarme a mí y a cuidar a mi entorno. Puedo comer más sano, cuidar mi cuerpo, dejarme ayudar por terapeutas y profesionales que me sostienen, ayudar financieramente a personas que lo necesitan, donar mi dinero para proyectos que considero necesarios y un sinfín de cosas más como la creación de la cumbre La Mujer y el Dinero que realmente sale de lo más profundo de mi corazón para que otras mujeres también puedan hacer su camino de desarrollo personal con respecto al dinero. Para que tú, que me estás leyendo, puedas sentirte acompañada en ese viaje de dejar de ignorar e incluso odiar al dinero, de sentir vergüenza respecto al dinero para pasar a un estado en el que te sientes plena y abrazas el dinero en todas sus facetas. Porque para mi abrazar el dinero es abrazar la vida y solo puedo abrazar la vida cuando me abrazo a mí plenamente, con todo lo que soy.

Espero que esto te sirva querida y me encantará leer tus comentarios y tu experiencia con respecto al dinero… y, claro, ¡verte en la cumbre!