Hace semanas que ando removida por dentro, como con una angustia que no se me va, así que este sábado me tomé tiempo para parar y sentir y esto es lo que me ha venido:

En nuestra sociedad (yo incluida) hemos perdido el control. Vivimos, de forma colectiva, en un espacio de TENSIÓN que se está volviendo insostenible:

La tensión por un lado entre las COSAS que se supone que tengo que hacer y las que deseo hacer, y el TIEMPO que tengo para hacerlas por otro.

La lista de COSAS no deja de aumentar mientras que el tiempo disponible es siempre el mismo.

¿Te suena? ¿Te has visto alguna vez estrujando actividades para que encajen en tu vida? ¿Sientes a veces que la vida no te da? ¿O que el trabajo te puede y no deja tiempo para nada más?

Al pararme he podido sentir el dolor que me causa personalmente esta tensión y me ha llegado una frase con total claridad:

Mi vida es demasiado rápida para mí.

Así es, y creo que se trata de un mal colectivo que sufrimos las personas de las sociedades modernas:

¿Por qué corremos? ¿Por qué tenemos siempre tantas cosas que hacer? ¿Por qué nos cuesta tanto parar? ¿De qué huimos?

Siento que estamos llegando a un punto en que nuestra obsesión colectiva e inconsciente por ser PRODUCTIVOS y por hacer muchas cosas está acabando con nuestra esencia, con lo que realmente importa, con el contacto, el disfrute, la conexión y la intimidad que necesitamos para poder vivir una vida que valga la alegría ser vivida.

Hoy comparto esto contigo por si te puede servir y renuevo de esta forma mi compromiso absoluto conmigo misma de no trabajar más de 4 horas al día, de ir muy despacio, de sentir y disfrutar cada momento como si fuera el único momento y de priorizar el lado de las relaciones humanas en todo lo que hago. Y estoy segura de que se me volverá a ir olvidando, volveré a caer en la vorágine del hacer, pero me volveré a despertar y volveré a renovar mi compromiso como lo estoy haciendo ahora.

Y mi compromiso es también contigo, con todas las mujeres que acompaño.

  • Con las emprendedoras con las que comparto una forma serena, compasiva y suave de crear un negocio con éxito, sin tenerte que matar a trabajar ni dejarte la piel en ello.
  • Con las mujeres líderes para que aprendan a liderar poniendo sus propias necesidades en el centro de todo lo que hacen y aprendiendo una forma de hacer menos y conseguir más.
  • Con todas las mujeres para que se atrevan a retomar su verdadero poder, ser dueñas de su tiempo y de su vida, sin dejar que nada ni nadie decida por ti lo que tú necesitas ni cómo lo necesitas.

Aquí estoy, querida, para recordarnos a todas la sociedad tan estresante en la que vivimos y para traer un poco de amor, paz y serenidad a nuestras vidas. Juntas es más fácil.